Descripción
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Aun resuena en la memoria de los granadinos, un tiempo, en que Granada, estaba surcada por caminos metálicos que eran recorridos por románticos vehículos amarillos. quizás, uno de los mas recordados, por su singularidad y la belleza de su trazado, fuese el que, partiendo del Paseo de la Bomba, atravesaba paisajes idílicos y puentes imposibles, bordeando el rio Genil, hasta llegar a su ultima parada, ya a la altura de 1500 m en el corazón de Sierra Nevada.
Lo que probablemente haya caído en el olvido general, es que este tranvía era una herramienta mas, para el proyecto de acercar una Sierra Nevada casi inalcanzable, al viajero o local, que gustara de descubrir sus parajes naturales, o bien, recrearse en los deportes invernales que por aquel entonces empezaban tímidamente a aparecer.
Nos remontamos a un momento en el que Granada contaba con hombres emprendedores, que volcaron su tiempo y en algunos casos incluso su fortuna en verla prosperar. Este es el caso del Duque de San Pedro de Galatino, un hombre adelantado a su tiempo, granadino de corazón, que abogo por engrandecer Granada, y aunque no fue el primero, quizás si fue uno de los hombres que mas empeño pusieron en esta empresa. promovió y financio parte del tranvía de Sierra Nevada, construyo dos de los hoteles mas innovadores y suntuosos del momento en toda España, influyo en gran medida a que llegara una carretera hasta Sierra Nevada, y uno de sus últimos proyectos, pero que lamentablemente no se pudo conseguir, fue la construcción de un teleférico que aproximara al viajero, desde la última parada del tranvía, hasta las cumbres de Sierra Nevada, penetrando por el valle o barranco del rio San Juan, hasta alcanzar los conocidos como Peñones de San Francisco. Todo el en el término municipal de Güejar Sierra.
Esta ultima idea no era nueva, había sido una propuesta en Granada desde 1902, pero no fue un proyecto en firme, hasta que lo propusiera el Duque de San Pedro en 1910, como tramo final y complementario al tranvía, que pretendía llegar desde Granada hasta el corazón de Sierra Nevada. Asi bien, tras muchos años de espera, el proyecto del teleférico fue redactado en 1945, levantando tanto interés entre las altas esferas del régimen del momento, que incluso llegaron a enviar a los técnicos locales al extranjero para hacer acopio de las técnicas y sistemas empleados en países con gran tradición en este sistema de comunicación, como pudiera ser Suiza.

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Se ha comentado como, desde finales del siglo XIX, empieza a cuajar entre los granadinos más preclaros, la necesidad de la comunicación con Sierra Nevada, así, la apertura de la carretera del Purche, en 1902, afianzo ese sentimiento y propició que se desarrollaran una serie de proyectos para comunicar la Sierra con Granada a través…
La línea férrea de Granada al Charcón fue construida al amparo del Real Decreto de 22 de mayo de 1919, en virtud de la concesión otorgada por la Real Orden de 26 de agosto de 1926, a la Sociedad Anónima Tranvía Ferrocarril de Granada-Sierra Nevada, obra cumbre del Duque San Pedro de Galatino. La Sociedad promotora emitió, entre 1919 y 1923, 4.500 acciones por importe de 2.250.000 pesetas; de ellas, 2.624 eran privilegiadas, teniendo derecho a un interés del 6 por 100 anual y a la correspondiente participación en los beneficios; ello creaba unas obligaciones financieras anuales por este concepto de 79.320 pesetas.
Los beneficios económicos no fueron los esperados, pues, la empresa fue deficitaria desde el comienzo. El tráfico de pasajeros era escaso, apenas 60 personas por trayecto y los gastos de explotación, estimados en 75.000 pesetas anuales, superaron con frecuencia las 180.000.
En 1929 la Sociedad trató de conseguir una subvención oficial, pero sin éxito, tratando su cierre en cuanto tuvieron oportunidad. En 1931 se dio lugar a una peligrosa situación laboral: del 9 al 12 de junio de ese mismo año, 45 trabajadores se declararon en huelga, mientras que el déficit diario de la compañía ascendía a 60 pesetas. Según un artículo publicado en la revista Nuevo Mundo por Cándido G. Ortiz de Villajos.
Esta situación de inestabilidad fue aprovechada por las instituciones y el 31 de julio de 1931 se procedió a la incautación provisional de la línea por parte del Estado, pasando a ser considerado de titularidad pública, dando un plazo de seis meses a la Sociedad promotora para hacerse cargo de la línea y reanudar el servicio. Transcurrido el mismo sin que tal condición se hubiera cumplido, el 19 de febrero de 1932 la jefatura de la cuarta división de ferrocarriles propuso al director general de Ferrocarriles, Tranvías y transportes por carretera el inicio del expediente de caducidad de la concesión.
Tres años después, en 1934, este ferrocarril paso a formar parte de un Organismo Autónomo que comprendía varias líneas de vía estrecha por toda España, que pasaron a FEVE, cuando se llevó a cabo la Red General de Ferrocarriles de Vía Estrecha.
El 20 de julio de 1936, cinco días más tarde del fallecimiento del Duque, tuvo lugar en Granada el llamado “alzamiento nacional” de los sublevados contra el gobierno de la Segunda República. Aunque el frente de batalla dividió Sierra Nevada por la zona de los Albergues, las dificultades del terreno hicieron que la línea del tranvía se mantuviera relativamente estable hasta el fin de la guerra. De hecho, el tranvía siguió funcionando durante los años de la guerra. Según el “Estudio de prolongación de la línea de FC de Granada al Charcón” elaborada por la Jefatura de Explotación de Ferrocarriles por el Estado en julio de 1941; durante los años de la guerra civil se produce un incremento del número de viajeros y se había reducido el déficit de la compañía, llegando prácticamente a su extinción.
Terminada la Guerra Civil, la dirección de esta línea fue encomendada a José Pérez Pozuelo, ingeniero de caminos de la Jefatura de Obras Públicas y del Ayuntamiento de Granada. Come se ha visto durante esa época se mejoraron sus infraestructuras, se construyeron los edificios de las estaciones de Cenes de la Vega, Canales y Maitena, reformándose el de Pinos Genil y se iniciaron los estudios para la prolongación de la línea férrea hasta el Barranco San Juan.
El atractivo que suponía la posibilidad de practicar esquí se pone de manifiesto como una poderosa razón para ampliar la línea y conseguir una mejor comunicación entre Granada y Sierra Nevada; de este modo también se incrementaría el número de pasajeros durante el periodo invernal.
A pesar de las obras de renovación que se efectuaban el funcionamiento del tranvía era normal, con una afluencia de viajeros que aumentaba los domingos y días festivos, cuando los granadinos buscaban el encanto de la Sierra, más si la climatología era benigna o el calor aumentaba. La sierra había ganado las preferencias de la mayoría de los granadinos, donde afluían en mayor número cada día; el Tranvía de la Sierra transportó durante los días festivos del mes de julio de 1941 más de 15.000 excursionistas.
El trazado de la prolongación, parte de la estación de Maitena, sigue por la margen derecha del río Genil hacia el Charcón, y desde aquí nos conduce al Barranco o valle de San Juan. Este era el lugar indicado, por su situación estratégica, para la ascensión a Los Albergues de Sierra Nevada y hacia el Veleta. Asimismo, desde aquí se prolongaría la vía hasta las minas de la Estrella en el rio Guarnón.




Recapitulando sobre los antecedentes, en la Asamblea celebrada en el Gobierno Civil de la Provincia, el 30 de marzo de 1941, quedaron aprobados los siguientes proyectos:
1. Mejora y ampliación del ferrocarril hasta el complejo minero “La Estrella”.
2. Construcción de un funicular hasta los “Peñones de San Francisco”.
El funicular o teleférico, no había duda, supondría una facilidad y un atractivo más, y generaría una serie de construcciones complementarias, que poderosas empresas hoteleras se mostraban dispuestas a acometer y, en conjunto, supondrían una promoción de la corriente turística invernal de Sierra Nevada. Considerando que la carretera, solo era una solución más, de uso parcial por su cierre temporal a partir de determinadas alturas, ante las nevadas.
Así, el 20 de julio de 1945 se redactó, por orden del Consejo Directivo de la Explotación de FFCC por el Estado, un primer anteproyecto de funicular aéreo, limitado al tramo “Estación de FC San Juan – Albergue Campos de Otero” situado a 2300 m de altitud, con una longitud aproximada en su recorrido de 3 km., firmado por los ingenieros Monserrat Fenech Muñoz, autor del proyecto y José Pérez Pozuelo, director de la Explotación de Ferrocarriles por el Estado.
DOCUMENTACIÓN CONSERVADA
De este anteproyecto hemos contado con la siguiente documentación:
Memoria.
Pliego de condiciones
Parte de la documentación gráfica.

Como hemos visto, los ingenieros Monserrat Fenech y José Pérez Pozuelo firman el anteproyecto del teleférico de 1945, antes descrito, como respuesta a la orden del Consejo Directivo de la Explotación de FFCC por el Estado, con el encargo de realizar un funicular aéreo que, con una longitud aproximada de 3 km y salvando un desnivel de casi 1000 m, uniera la estación del tranvía del Barranco San Juan con los Campos de Otero.
A partir de dicho anteproyecto, en febrero del siguiente año se formuló un Pliego de Bases para la adjudicación, mediante concurso de proyectos, de la construcción y montaje del tramo primero contemplado en aquél, que fue convocado por acuerdo del Consejo de Ministro (BO del Estado núm. 228, del 14 de agosto del mismo año 1946, según Ley 15499). El Pliego fue redactado por el encargado de la demarcación, José R. Sánchez Fuentes y el encargado de la línea de FFCC José Pérez Pozuelo el 18 de febrero de 1946. En él se hace una estimación de presupuesto de contrata, por el valor de 5.807.500 ptas, de acuerdo a los siguientes conceptos:.
Artículo Concepto Importes (Ptas)
1 Estaciones 600.000
2 Castilletes 1.500.000
3 Cables 600.000
4 Instalaciones 1.450.000
5 Vagones 400.000
6 Obras accesorias 500.000
TOTAL 5.050.000
Este pliego fue informado favorablemente por el Ingeniero Jefe Director, el 1 de marzo de 1946, con las siguientes apreciaciones, en el peculiar lenguaje administrativo de la época:
“El ingeniero jefe que suscribe ha estudiado los documentos reseñados y encuentra que están lo bastante bien redactados para constituir un proyecto de bases para concurso. Los precios parece que pueden ser razonables dentro de la incertidumbre en que se fijan en la actualidad, y la orientación de las bases es acertada y se desprende del anteproyecto que en su día conoció el consejo directivo. Por todo ello se propone que el citado proyecto en cuestion sea elevado a superior consideración para si lo estima acertado autorice a Explotación de Ferrocarroles por el Estado a verificar el concurso dentro de las prácticas reglamentarias.”















Catedrático de Literatura y rector de las universidades de Málaga y Granada. Ocupó diversos cargos en instituciones culturales y políticas de Granada: director del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Leer Mas…

Ingeniero industrial, profesor jubilado de la Universidad de Granada, de la Escuela de Arquitectura Técnica, es Medalla de Oro al mérito por la ciudad de Granada (1996), Premio Andalucía Andrés de Vandelvira (2003) Leer Mas…

Doctor en Filosofía y Letras (Historia) por la Universidad de Granada y catedrático en Historia Contemporánea. Sus líneas de investigación son: Historia económica, Historia empresarial, Historia financiera Leer Mas…

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